Parque Ca n’Escandell
Ibiza, 2011
Rurbanidad.
Este parque se plantea como un hecho rurbano por su posición en el encuentro entre el paisaje insular rural y la ciudad.
Así, si en el emplazamiento aún se encuentran elementos del patrimonio paisajístico rural, estos no solo se recuperan y se potencian, sino que además se activan a través de su reinterpretación contemporánea: muros de piedra seca que delimitan propiedades se restauran y se extienden, convirtiéndose así en recursos vertebradores que ayudan a tejer la relación física entre el parque y la ciudad. La vegetación preexistente no sólo se mantiene, sino que se multiplica y protege mediante procesos de re-naturalización y reintroducción de especies, generándose un parque de pinares y adelfares que en su consolidación enriquecen sus propios ecosistemas. Si esta antigua zona agrícola era productiva, el parque también pasa a serlo, y más allá de mantener una simple muestra de ese mundo, sus recursos desvelan el significado activo de este uso para la ciudadanía, haciéndole participar de los propios viveros del parque y de diversas zonas de huertos. Si además se añaden los requerimientos contemporáneos—los usos lúdicos, estanciales, deportivos, culturales— y la mirada propositiva con la que esta propuesta de paisaje carga el entorno de espacios rurales “externos” de Can Escandell con el valor de parque per se, emana espontáneamente un nuevo lugar que participa de la fusión, material e inmaterial, de la ciudad con su territorio.