Olivareros
Utrera (Sevilla), 2009-2010
un programa apilado, volúmenes que se deslizan y perforan, usuarios que se encuentran.
El programa educativo y de estudios propuesto se apila para acoger usos muy populares entre los ciudadanos de la localidad y que complementen los equipamientos educativos existentes: una gran sala de estudios para jóvenes y una serie de aulas para un programa de educación continuada enfocada a jubilados.
El uso va acompañado de altos grados de sociabilidad, superando a veces en importancia los descansos entre las actividades (corrillos y cafés de máquina) al uso principal en sí. De ahí que a la vez que se resuelven las condiciones funcionales de aulas y salas, se incide en la generosidad de los espacios de circulación, el tratamiento del jardín, el trabajo sobre las particiones interiores que se esponjan para acoger reuniones informales, o proyectando amplias terrazas para extender al aire libre la interacción entre las personas que usen las plantas superiores. Esta fluidez se subraya en la transversalidad vertical del vestíbulo, producto de la “destrucción Matta-Clarkiana” de forjados y huecos que interconecta los distintos niveles, hasta la propia calle.
Ubicado a las afueras de la ciudad en los terrenos de una antigua producción aceitunera, el edificio se materializa según aquella lógica, es decir, con una presencia más propia del pasado uso industrial del lugar, la cual nos parece espacialmente más integradora que el hermetismo de las nuevas promociones de viviendas adosadas comercialmente pintorescas que están engullendo la periferia industrial de Utrera.