Passeig Bernardí Martorell
Barcelona, 2004
Extrañamiento y celebración.
La intervención es una celebración del origen agrícola del Raval y de la espacialidad estrecha, alta y larga del propio pasaje: un pavimento blando, seis esbeltas palmeras, una escalera que trepa hasta el cielo y una pecera muraria componen esta provocación urbana.
La conexión con el mar es razón de ser del propio pasaje, pues éste, al igual que otros, aparece en su día en la trama del barrio con ese objetivo. Esa surrealista escalera de luz sin fin que se ata a una de las palmeras trepando hasta el cielo recuerda, en otra dimensión, aquellas buenas intenciones.
Siguiendo las instrucciones de un relato de Gabriel García Márquez, las seis palmeras llegarán volando sobre el cielo de la ciudad, cogidas por helicópteros, dispuestas para ser colocadas en el pasaje.